lunes, 5 de enero de 2009

“Irán está creando una infraestructura de inteligencia en Centroamérica”

Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador e Irán, mantienen estrechas relaciones que lejos de ser simples acuerdos comerciales, se podrían traducir como alianzas estratégicas de guerra y dominio del territorio centroamericano.

Días atrás en territorio venezolano, nicaragüense y cubano se tuvo la presencia de barcos rusos. La presencia de iraníes también ha sido confirmada. Junto a estos hechos hay que mencionar la aberración de poder de Hugo Chávez y el seguimiento de esta línea antidemocrática por parte de Evo Morales en Bolivia y Daniel Ortega en Nicaragua. A esto agreguemos la ambición del FMLN por gobernar El Salvador sin importar la artimaña que tengan que usar para lograrlo. Nexos con las narco-guerrillas de las FARC, apadrinamiento de Hugo Chávez para su campaña electoral y adiestramiento militar de jóvenes y niños son solo algunos argumentos bajo los cuales el FMLN pretende llegar al gobierno y formar parte de esa alianza antidemocrática.

Por Héctor Silva Ávalos

Los venezolanos y los nicaragüenses han enviado grupos a Irán a entrenamiento de inteligencia.” “Los narcotraficantes y los terroristas utilizan los mismos métodos para obtener lo que quieren, así que la alianza entre ellos puede crecer en C.A.” La principal preocupación de los Estados Unidos en Centroamérica será la seguridad. Esto significa narcotráfico, lavado de dinero y temas fronterizos.”

Douglas Farah es uno de los periodistas estadounidenses que mejor conoce El Salvador y Centroamérica. En los ochenta, cubrió la guerra salvadoreña para la agencia UPI y escribió un especial sobre los escuadrones de la muerte de la derecha para The Washington Post. Luego cubrió en Colombia para ese periódico el ascenso de los carteles de Medellín y Cali. En las últimas décadas se especializó como asesor y escritor en temas relacionados con el terrorismo y la seguridad global. Ha asesorado a los gobiernos de los Estados Unidos y a fundaciones privadas de aquel país en estos temas. Entre su obra se cuentan análisis sobre las guerrillas latinoamericanas, sobre las redes financieras de Al Qaeda y un seguimiento exhaustivo a Viktor Bout, el traficante ruso de armas al que agentes de la DEA capturaron el año pasado haciéndose pasar por enviados de las FARC colombianas. Entrevistado vía correo electrónico sobre los retos en seguridad que la administración de Barack Obama encontrará en Centroamérica, Farah se extiende en los riesgos que para Estados Unidos implica la presencia diplomática de Irán en Nicaragua y sobre las alianzas que el grupo terrorista Hizbulá, amparado por el régimen de Teherán, puede establecer en Centroamérica con remanentes de las guerrillas de los ochenta o con estados nacionales como los de Venezuela y Nicaragua. El problema de la seguridad es, dice, el que más ocupará a Washington en lo que al istmo respecta.

Escribió en un reporte titulado “Los retos crecientes desde América Latina” que la relación potencial entre grupos islámicos radicales como Hizbulá y las pandillas centroamericanas es una seria amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. En las entrevistas que sostuvo con miembros de la MS13 y la Mara 18, ¿le hablaron de estos nexos?

No, ellos no mencionan alianzas específicas. En ese contexto me refiero a la estructura de las pandillas, a su tremenda capacidad de organización y logística, que se debe al entrenamiento militar que tuvieron algunos de sus líderes, tanto los del FMLN como los que estuvieron en el ejército, entrenados por los Estados Unidos.

Usted asegura que la nueva ola de antiamericanismo compartida por bloques de izquierda en América Latina e islamistas radicales es una preocupación en los Estados Unidos. ¿Cree que este tipo de alianzas puedan darse entre miembros nostálgicos de las ex guerrillas centroamericanas?

El ejemplo más claro de la nostalgia por los años ochenta es Daniel Ortega en Nicaragua. Mientras la mayoría de sandinistas se integraron a los procesos democráticos y evolucionaron, hay un remanente que no lo ha hecho. Lo mismo, creo, vale para el FMLN. La mayoría del FMLN está firmemente comprometida con el proceso democrático, pero hay remanentes, particularmente en el Partido Comunista, que quieren volver el reloj atrás a los ochenta, que siguen hablando de la utopía marxista, que no renunciarán al uso de la violencia y que ven su futuro en el pasado.

Fuentes de inteligencia salvadoreña aseguran que radicales de izquierda en Centroamérica, relacionadas de alguna manera a esos remanentes de las guerrillas armadas de los ochenta, han viajado a campos de entrenamiento en Irán, junto a venezolanos y nicaragüenses. ¿Encuentra creíble esa información?

Los venezolanos y los nicaragüenses han enviado grupos a Irán a entrenamiento de inteligencia, también Bolivia y Ecuador. En estos países también opera un fuerte sistema de inteligencia iraní con el beneplácito de esos gobiernos. No sé cuál es la relación del FMLN con Irán, pero sí sé que Irán está reclutando grupos activamente para su propios propósitos, por lo que no me sorprendería si están reclutando a miembros del FMLN para ese tipo de entrenamientos. No hay que olvidar que Ortega tuvo una relación muy cercana con los iraníes cuando fue presidente antes (1979-1990), y que ha tenido una relación cercana durante el tiempo que no fue presidente. A través de Ortega, algunos miembros del FMLN (otra vez, no todo el FMLN) también los mantuvieron. Así que la fundación para esto ya existe.

La comunidad de inteligencia salvadoreña muestra preocupación por la expansión de las expresiones religiosas musulmanas en el país, como la construcción de mezquitas en los últimos años. ¿Cree que esto podría significar que hay presencia de islamistas radicales en el país?

Creo que los propósitos regionales de Irán tienen dos caras. Primero, hacer que los Estados Unidos estén incómodos y, además, tener una vía para atacar a Estados Unidos si Irán siente la amenaza de un ataque militar inminente de parte de Estados Unidos. Lo segundo es diseminar su visión fundamentalista del Islam alrededor del mundo. Como islamistas (chiitas), ellos creen que Alá los llama para dominar el mundo a través de la ley del Corán (la Sharia), y trabajan hacia esa meta. Así que las mezquitas caben en este segundo objetivo.

Fuentes del ejército salvadoreño me han expresado su preocupación por la posibilidad de que radicales islámicos estén moviendo armas por las fronteras centroamericanas con la ayuda de carteles de la droga. En 2004, el jefe del comando sur, James Hill, dijo que carteles y radicales utilizan las mismas rutas y métodos en la región. ¿Han arrojado sus investigaciones información de que esto haya sucedido en los últimos cuatro años?

Hubo sospechas el año pasado de que operarios de Hizbulá cruzaron la frontera sur de Estados Unidos con métodos tradicionales (coyotes). Yo tengo claro que operarios de Hizbulá en la triple frontera (Brasil, Paraguay, Argentina) lavan su dinero ilícito junto a dinero del narcotráfico, y que los nexos con los servicios financieros de ambos grupos se han hecho. Ambos grupos, narcotraficantes y terroristas, usan los mismos métodos para obtener lo que quieren, así que la alianza puede crecer. Creo que la necesidad de introducir ilegalmente a radicales a través de las fronteras ha disminuido debido a que Venezuela y Nicaragua están dispuestos a extender documentos de identidad (pasaportes, cédulas, etc.) a casi cualquier persona que creen conveniente, incluidos los islamistas, lo que hace que sea mucho más difícil identificarlos y detenerlos.

La Embajada iraní en Nicaragua es una de las sedes diplomáticas más grandes de Managua. ¿Qué significa esto en términos de influencia regional?

Creo que Irán trata de crear la mayor capacidad de recolección de información de inteligencia que pueda en la región, como parte de lo que considera su lucha global contra los Estados Unidos. Un régimen islamista radical y los regímenes populistas de izquierda no tienen nada filosófico en común; de hecho, son, en términos puramente racionales, polos opuestos. De hecho, no hay casi nexos reales de comercio, no hay comunidades de diáspora, nada en común. Aun así, estos grupos encuentran coincidencia en algo que los une: el deseo de atacar a los Estados Unidos. Para Ortega, creo, este es un tema muy personal. Para el Partido Comunista en el FMLN, no lo sé. Una embajada grande siempre significa, para Irán, la presencia de la Fuerza Quds, el sector de operaciones especiales que supervisa las actividades de Hizbulá. Así, la presencia de una sede diplomática grande significa, para mí, que Irán está construyendo una infraestructura regional de inteligencia estrechamente relacionada con Hizbulá.

¿Cómo cree que abordará la administración de Barack Obama esta temática?

Esa es la pregunta del millón y no lo sé. Tiene tantos otros temas de los que encargase. Yo anticiparía que tomará un tiempo para que América Latina o El Salvador reciban atención.

Parece que veteranos diplomáticos estadounidenses, como el ex embajador William Walker, asesorarán al nuevo Departamento de Estado en temas centroamericanos. ¿Cree que esto signifique que algunos temas geopolíticos de los ochenta, como la posibilidad del resurgimiento de grupos armados, pueda ser de interés para la próxima Casa Blanca?

La principal preocupación de los Estados Unidos en Centroamérica será la seguridad. Esto significa narcotráfico, lavado de dinero y temas fronterizos. Creo que Obama tendrá un equipo de veteranos en América Latina que conoce bien la región, pero, como una buena parte en los ochenta, el enfoque será en un tema particular: antes se enfocaron en lo político (detener la expansión del marxismo, etc.) y ahora será el tema de la seguridad.

Es común en Centroamérica escuchar que la administración Bush no puso suficiente atención a la expansión del crimen organizado y a la infiltración geopolítica en las Américas. ¿Está de acuerdo? ¿Tendrá la administración Obama una aproximación diferente?

Estoy completamente de acuerdo, pero aún no tengo idea de cómo la administración Obama buscará encarar estos temas. El hecho de que haya habido una cumbre en Brasil, a la que Estados Unidos no fue invitado, es un testimonio del pobre compromiso de Estados Unidos con la región.

http://elnarizon.blogspot.com/

1 comentario:

Bellita dijo...

Este sr. salvador sanchez ceren y mauricio funes creen que con lo que ellos digan el pueblo salvadoreño les dira amen.......... Pues no ya esos tiempos pasaron y el pueblo ya esta decidido lo que en verdad quiere... Y SERIA SEGUIR EN LIBERTADES,GENERAR MAS FUENTES DE INGRESOS Y POR SUPUESTO SEGUIR VOTANDO POR....

ARENA


Por que creemos que es la unica fuerza politica capaz de gobernar nuestro pais