viernes, 21 de noviembre de 2008

Y sin embargo se mueve

Por Carlos Sandoval*

A raíz de la crisis económica internacional la izquierda, en sus diversas versiones históricas del marxismo, ha sentenciado el fin del neoliberalismo y de su producto directo el capitalismo. En algunos países como Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia hubo regocijo oficial; en otros, propuestas sobre la necesaria alternativa socialista y, en otros más, desfiles con pancartas anunciando la muerte del sistema capitalista y del modelo economía de mercado.

El FMLN también ha celebrado el supuesto funeral. Pero olvida que la historia, maestra de la vida, dice lo contrario. El entierro ha sido para el denominado socialismo real o marxista y no para el neoliberalismo. Como se recordará, en 1989 se produjo la caída del Muro de Berlín y en 1991 la implosión de la URSS. La desintegración del primer Estado socialista no obedeció a una invasión extranjera, ni a una rebelión intestina, ni al cerco económico occidental, sino a la aplicación de los principios económicos fundamentales del marxismo-leninismo, tales como la estatización de los bienes de producción y la satanización de la propiedad privada. Para corregir el desastre económico, Mijail Gorbachev inició, en 1985, la reforma económica neoliberal, pero fracasó debido a que afectaba poderosos intereses de los miembros del PC.

La historia ha comprobado que el modelo económico estatizante fue el factor principal del fracaso del socialismo real. Según el marxismo, en la historia se dan dos formas básicas de propiedad: la privada y la colectiva. El liberalismo se pronuncia a favor de la propiedad privada y el socialismo por la colectiva. El primer modelo es propio de la democracia liberal porque se sustenta, por una parte, en la libertad económica, y, por la otra, en la libertad política. El segundo es inherente al socialismo marxista porque al abolir la propiedad privada, el Estado se apropia de todos los bienes de producción, incluyendo la tierra.

Pero al satanizar la propiedad privada como fuente de la pobreza el socialismo mata el espíritu empresarial y la innovación tecnológica de la gente. No es una casualidad que los países capitalistas sean los creadores de los inventos tecnológicos más útiles y exitosos de los últimas décadas tales como la Internet, latop, dvd, celular, fax, microondas, velcro, e-mail, control remoto, cámara digital, iphone, google y muchísimos más. En los sistemas socialistas, en cambio, no ha habido ni un tan solo invento tecnológico de importancia.

También es importante señalar que solamente en un sistema democrático liberal como el de EE.UU., se puede dar un fenómeno político-histórico como el de Barack Obama, un mestizo que hizo realidad el sueño antirracista de Martin Luther King. ¿Se ha visto un caso igual en algún país socialista? Creo que no, y, sin embargo, la izquierda califica a EE.UU. como imperialista, antidemocrático y racista.

La ineficiencia y escasez del sistema socialista no fue, ni es aún ahora --el caso de Cuba es ejemplar-- resultado de algún bloqueo comercial, sino del "choque abierto entre los valores socialistas y la eficiencia económica", como dice Janos Kornai. El valor de la solidaridad socialista, por ejemplo, que implica apoyar a los débiles y ayudarlos a ascender, es un valor encomiable, pero ineficiente como motor del desarrollo económico.

El valor de la competencia neoliberal, en cambio, sí es motor de desarrollo económico. Un ejemplo actual e irrefutable es China. Mao Tse Tung estatizó, en 1949, todos los bienes de producción, incluyendo la tierra. Pero hundió al país en el atraso económico. Debido al caos, Dan Xiaopín revirtió, en 1978, la política económica maoísta al privatizar los medios de producción, lo que ha convertido al gigante asiático en una potencia económica y tecnológica mundial.

Ante la condena de la izquierda del capitalismo, es oportuno parafrasear la frase "Eppur si move" (Y sin embargo se mueve) de Galileo Galilei dicha ante el Tribunal de la Inquisición, que lo obligó a condenar la teoría heliocéntrica: Y sin embargo el capitalismo se mueve.

http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=6342&idArt=3045379

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